
Acercamiento a la historia de la magia
La palabra magia es de origen mesopotámico. Denomina a los magi, una orden religiosa que integraba sabios, augures, astrólogos, intérpretes de sueño y hechiceros. Dentro de la iconografía cristiana se representan estos sabios babilónicos como aquellos que siguieron la estrella hasta Belén: los Reyes Magos.
La magia nació con la especie humana. La diferencia entre un milagro y lo que consideramos magia y milagro es que la existencia del milagro se debe a la intervención de una deidad. Para realizar actos mágicos no se necesita tan alto aporte. De hecho, varía la concepción de magia y milagro con cada persona. Un profeta que, tras impetrar ayuda divina obtiene un milagro, según otras creencias puede ser considerado mago.

Magos, chamanes o sacerdotes
Existen pruebas que apuntan a que quien ejerció de primer chamán o sacerdote de la sociedad primitiva, era también el primer mago. Rituales donde se entremezclaban magia y religiosidad se ejecutaban para lograr los objetivos deseados. Magos, sacerdotes, videntes y otros hombres especiales, constituían un reducido grupo de personas observadoras e inteligentes que trataban de comprender la mecánica regente del mundo natural que les rodeaba. La magia arcaica evolucionó en las tendencias conocidas como magia natural y magia no natural. Esta última se encuadra en el ocultismo, pues no sigue las leyes naturales de la materia. Con el tiempo, ambos conceptos se fueron alejando
La magia natural pasa a englobar a aquellos fenómenos naturales que podían ser observados, aunque carecieran de explicación lógica. Entra en la magia natural la astrología mesopotámica, por ejemplo. Magias no naturales, o ciencias ocultas, buscan el contacto con entidades sobrenaturales o espirituales. El contacto puede establecerse mediante la adivinación o la cabalística, por ejemplo.
Magia en el mundo clásico
En la Grecia clásica y el Imperio Romano, podían existir ciertas prácticas legales de magia, e incluso escritores conocidos llegaron a publicar sus recopilatorios de hechizos para uso en el hogar. La brujería convivía con el culto oficial del Imperio.
La magia propició en cierto modo el desarrollo de la ciencia: de la astrología surge la astronomía, o de la alquimia nace la química. Antes de aparecer la medicina como tal, hechiceros y brujos trataban de combinar ingredientes naturales para sus propósitos. El mismo Isaac Newton, descubridor de la gravitación universal, también buscaba la piedra filosofal.
Magia y otras disciplinas
Sabios y teólogos, renuentes a la brujería o que veían el mundo con los ojos de la razón, creían a la vez en la existencia de los misterios de lo oculto. Un ejemplo de ello es la cábala hebraica, que algunos autores remontan hasta Adán, que combina tradición, simbología y sabiduría sobrenatural.
Las gentes religiosas han buscado ese saber secreto en la interpretación de las Escrituras, tanto en las palabras, como en su numerología. Existe la creencia de que el sabio rey Salomón conocía una palabra secreta de poder y la usaba para sus fines. Por la pervivencia de tales creencias, las persecuciones a la brujería llevadas a cabo en el occidente protestante y el mundo católico, no erradicaron la práctica de la magia.